Llegó el momento de hablar del corazón de Scrivener. El binder es el lugar donde podemos manejar, arreglar y navegar a través de los elementos de nuestra historia. Como su nombre indica, se trata de una carpeta de anillas a la que podemos añadir fragmentos de nuestra historia. Podemos cambiar el orden de sus elementos, añadir o eliminar otros, estructurar de manera diferente su orden. Es importante decir que lo que hagamos aquí afectará a lo que veamos en las vistas del panel de corcho, o del outliner, y viceversa. Pensad en el binder como en un explorador de Windows con superpoderes.
Os preguntaréis: ¿qué representan en realidad los iconos del binder? ¿Son fragmentos de texto, meta-data asociado, fichas que los anuncian? Pues, en realidad, todo a la vez, y esto es lo milagroso de scrivener. Imaginemos que cojemos con un clip unos cuantos folios con el texto donde está escrita una escena. Imaginemos que en ese clip pegamos además fotografías, trozos de papel con apuntes, varios postits, notas, etc. Para terminar ponemos en el clip, delante de todo, una pequeña ficha rayada donde le ponemos nombre el el resumen del resto de la documentación. Eso es exactamente lo que muestra el binder, ese clip que contiene lo relativo a ese fragmento, y al moverlo arrastraremos todo con él. Lo que ocurre es que mediante las distintas vistas veremos solo el texto, o solo los datos asociados, o solo la ficha…
Los iconos que encontraréis en el binder serán carpetas y archivos. La idea es que las carpetas funcionen como contenedores de archivos, como esos separadores de colores que usamos en nuestras carpetas de anillas tradicionales, y que los archivos sean el texto, pero no te preocupes si has elegido mal cuál es cuál: pulsa el botón derecho del ratón mientras señalas un elemento y podrás cambiarlo con facilidad. Esta decisión es importante, pues establece una jerarquía en tu historia.
Al abrir scrivener veréis tres carpetas: “Draft”, “Research” y “Trash”. Podéis crear otras para alojar otros archivos o textos, pero éstas tienen poderes especiales. “Draft” es donde colocas las partes del texto que REALMENTE forman parte de tu historia, es decir, las que se compilarán en la última fase. Aquí dividiréis entre capítulos o secciones, o actos, o como quiera que hayas organizado tu historia. “Research” es donde scrivener te anima a colocar la documentación (aunque no es el único sitio para ello), y pueden visionarse imágenes, pdf, reproducir videos, fotografías, etc. “Trash” es la papelera de reciclaje, donde van los elementos borrados antes de su desaparición definitiva. Podeis renombrar estas carpetas: yo llamo “Manuscrito” al “Draft”, y “Documentación” a “Research”. Estas tres carpetas son las únicas que no se pueden borrar.
Para mí el binder es una manera de “ver” la historia como una unidad (cuando ya la he creado por completo, pues para la construcción del argumento tengo otras herramientas), y lo mantengo normalmente abierto cuando escribo y corrijo. Sólo dejo de verlo cuando me cambio a modo de pantalla completa para concentrarme en escribir una escena que ya tengo clara en mi mente.
El aspecto habitual de mi sesión de scrivener es así: tened en cuenta que yo coloreo estos elementos así porque me gusta, pero puede hacerse de distintas maneras, según nuestra customización.
1: En este icono encontraréis una primera manera de añadir archivos o carpetas al binder. Hay otras maneras de hacerlo.
2: Esto es una carpeta (ved el icono), creada fuera del “Draft” (Manuscrito), donde suelo apuntar lo que quiero recordar (me resulta más cómodo así). Conservan todas las mismas propiedades que los elementos del manuscrito, excepto que no serán compilados para formar parte del texto principal. Veréis que está desplegada, mientras que la que está justo por encima suya, permanece sin desplegar.
3: Igual que el anterior, pero ahora es un archivo. La decisión de elegir entre carpeta o archivo obedece a criterios de orden y jerarquía, y puede cambiarse mediante una orden del botón derecho sobre el elemento.
4: Hay una opción para numerar los documentos “hijos” de otro documento o carpeta, en el menú de opciones. A mí me resulta útil.
5: Aquí veis un capítulo desplegado. y la diferencia entre una escena no activa y una activa (la que tiene el punto de color, la que vemos en el editor a su derecha). El color se maneja desde View>>use color… (y en el submenú podéis elegir en aplicar el color a los iconos, al binder, al outliner, etc.).
6: Los títulos de cada escena, capítulo, etc, son editables. Puede ser muy útil añadir información al título. Yo uso una numeración, un texto descriptivo, y la fecha en la que suceden los hechos.
7: La documentación vacía: he preferido usar las carpetas que creo (ved 1 y 2), y porque cambié a Scrivener a mitad de novela cuando ya disponía de la documentación. Pero con el nuevo proyecto lo usaré. Probadlo.
8: Otra manera de añadir archivos y carpetas al binder. También se puede hacer a partir del menú, con el botón derecho dentro de él, o incluso duplicando partes ya existentes en el binder (con lo que nos ahorramos poner los mismos settings a cada una).
¿Queréis añadir vuestros textos ya creados al binder? ¡Nada más fácil! En el explorador de windows pulsad en ellos y haciendo drag&drop dejadlos caer en el binder. No os preocupéis si no los dejáis donde queréis, luego podéis cambiarlos. Scrivener convierte estos textos de word a formato .rtf, permaneciendo inalterables los originales en .doc.
Así que,… ¿a qué estais esperando para importar vuestro proyecto a Scrivener?